Diario de viaje, Semana 3: Ir a los márgenes

El Señor sigue atrayendo almas a su Sagrado Corazón: laicos y religiosos, hombres y mujeres, ancianos y jóvenes. Por los Evangelios, sabemos que Jesús tiene un lugar especial en su corazón para los niños, los pobres y los enfermos. Y los recientes acontecimientos de Peregrinación Eucarística Nacional reflejan esta hermosa realidad.

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Dejad que vengan los niños

En la ruta de Santa Isabel Ana Seton, Jesús hizo una parada especial para visitar a cientos de escolares católicos en la iglesia de Santa María de los Pinos, en la diócesis de Trenton. Participaron en una procesión eucarística hasta la iglesia, donde el obispo David O'Connell celebró una misa especial para ellos.

Agencia Católica de Noticias informa: "El evento diocesano fue diseñado especialmente para dar a conocer a los escolares la presencia real de Jesús en el Santísimo Sacramento". Los Peregrinos Perpetuos Dominic Carstens y Natalie Garza hablaron a los jóvenes estudiantes sobre la Eucaristía. Garza compartió: "¡Estamos en una aventura!... Toda aventura tiene un destino... Tendremos una vida con Jesús para siempre, o una vida sin Jesús para siempre. Tenemos que elegir nuestro destino. Tenemos un Dios que quiere estar con nosotros".

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Nunca es demasiado viejo

Mientras miles de peregrinos y feligreses participan con entusiasmo en las procesiones eucarísticas en ciudades de todo el país, hay muchos que están físicamente incapacitados para caminar distancias más largas. Pero Jesús también viene a ellos.

Tras una procesión eucarística que reunió a 7.000 participantes en St. Paul (Minnesota), la Peregrinación visitó una residencia de ancianos regentada por las Hermanitas de los Pobres, donde los residentes acogieron a Nuestro Señor para la adoración y el rezo del Rosario en la capilla. El National Catholic Register comparte la historia de una residente cuya tristeza por no poder participar en la procesión de toda la ciudad se convirtió en alegría: "Me alegro porque Dios nos quiere. Dios es tan bueno e infinito que sabe que ni siquiera necesitamos venir a seguirle, sino que será él quien nos busque, quien nos busque".

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A la calle

La peregrinación llega a todas partes, desde las hermosas catedrales de las grandes ciudades hasta las iglesias improvisadas de los pequeños barrios. Jesús no hace distinciones: su amor es un don gratuito para todos. Durante su visita a la archidiócesis de Filadelfia, la peregrinación pasó por el barrio de Kensington, una comunidad azotada por la tragedia de la drogadicción. El Pilar informa de que religiosas de las Hijas de María, Madre del Amor Sanador, participaron en la procesión y atendieron a la gente en las calles. Y en la Ruta de San Juan Diego, los Peregrinos Perpetuos visitaron un albergue para personas sin hogar, ofreciendo su servicio y sus oraciones.

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Sed de almas

Desde las escuelas primarias hasta las residencias de ancianos, las calles y más allá, Jesús desea llegar a todos con la misericordia sanadora de su amor. Shayla Elm, una de las Peregrinas Perpetuas de la Ruta de San Juan Diego, resume muy bien este deseo: "Me ha sorprendido el hambre que tiene la gente de mostrar su fe y la sed que tiene Jesús de sus almas... Jesús tiene sed de todo este país. Realmente quiere que muchas almas se encuentren con él, y es él quien camina por las calles."

Por favor, mantén a la Peregrinación, a los Peregrinos Perpetuos y a todos los involucrados en tus oraciones, ¡especialmente a las almas que Jesús quiere alcanzar a través de este movimiento! Y si la Peregrinación pasa por tu camino, no te pierdas este movimiento histórico que cambia vidas. Obtenga más información sobre los próximos eventos de la Peregrinación y confirme su asistencia aquí.