Durante cinco semanas inolvidables, los peregrinos de la Ruta de Santa Catalina Drexel llevaron a Jesús Eucaristía a través de diez estados y veinticuatro (arch)diócesis y (arch)eparquías.
A través del calor, las lágrimas, la música y el misterio, lo ordinario se convirtió en extraordinario. Las calles se convirtieron en santuarios. Los desconocidos se convirtieron en familia. Nuestro Señor fue adorado.
Esta peregrinación no consistía en llegar a un destino, sino en un encuentro. Transformación. Renacimiento. Vimos cómo se desarrollaba el avivamiento en tiempo real.
De Indiana a Illinois, de Iowa a Oklahoma, de Texas a California, fuimos testigos del avivamiento no como un concepto, sino como una realidad viva. La gente se reunía porque tenía hambre de Eucaristía. Utilizaban la palabra avivamiento no para describir una iniciativa, sino para articular un anhelo que había prendido en sus corazones.
No era un programa. Era algo personal. Y era contagioso.
Santa Catalina Drexel procedía de una familia devota y adinerada que utilizaba sus bienes materiales para servir a los necesitados. Tras discernir una llamada a la vida religiosa, fundó las Hermanas del Santísimo Sacramento. Esta orden se dedicó a servir a la población india y afroamericana.
A su muerte, en 1955, la Madre Catalina había utilizado los fondos de su herencia para construir una vasta red de 50 misiones y más de 60 escuelas, con 500 hermanas enseñando en ellas. Fue canonizada santa en 2000 por el Papa Juan Pablo II.
Santa Catalina Drexel, ¡ruega por nosotros!
Imagen bajo licencia Creative Commons Reconocimiento 4.0. Academia Militar Santa Emma, Flickr.
Los Peregrinos Perpetuos de Peregrinación Eucarística Nacional Nacional viajaron con el Santísimo Sacramento por todo el país, deteniéndose en iglesias de zonas urbanas y rurales. Los sacerdotes ofrecieron la Misa en muchos idiomas, en diferentes ritos de la Iglesia y con diversos estilos musicales litúrgicos. Siguiendo los pasos de Santa Catalina Drexel, los peregrinos sirvieron a lo largo de la ruta, llevando a nuestro Señor de la Eucaristía a los márgenes, incluyendo el encuentro con aquellos en asilos de ancianos, bancos de alimentos, y una prisión estatal de Texas. Estamos muy agradecidos por la hospitalidad de todos los lugares que acogieron amablemente la peregrinación a lo largo del camino.
Movidos por un profundo amor a la Eucaristía, conoce a los ocho jóvenes adultos que viajaron con Jesús desde Indy a Los Ángeles.
El Domingo del Corpus Christi no cierra el libro del Renacimiento Eucarístico Nacional. Simplemente marca el paso de una página.
Con frecuencia nos preguntan: "¿Y ahora qué?"
Nuestra respuesta es sencilla: Caminamos con Jesús. Ahora corremos.
La Iglesia necesita testigos ardientes. Y te necesitamos a ti.
Si te ha conmovido esta peregrinación -por las caras, las historias, la fe pura de todo ello- no dejes que se quede en la pantalla y termine ahí. Deja que viva en ti. Estamos construyendo un movimiento de Misioneros de la Eucaristía: católicos de a pie, como tú, que llevan el fuego del renacimiento a sus propias parroquias y comunidades.
Tu amor personal por Jesús en la Eucaristía nunca fue concebido para permanecer en privado. Está destinado a iluminar tu casa, tu parroquia, tu comunidad.
Te invitamos a convertirte en un Misionero Eucarístico: alguien que lleva el fuego de la renovación a casa. No tienes que recorrer 5.000 kilómetros. Pero puedes invitar a alguien a Misa. Puedes dirigir una Hora Santa. Dirigir un pequeño grupo. Puedes contar tu propia historia de cómo Jesús en la Eucaristía cambió tu vida. Di sí al Espíritu que se mueve en tu vida.
Es sencillo. Es gratis. Y empieza con tu sí.
A través de desiertos y montañas, carreteras y calles de pueblos pequeños, llevamos el Corazón Eucarístico de Jesús.
Ahora, Él camina contigo.
Llevémoslo adelante - juntos
Mientras caminábamos, las flores silvestres y la hierba alta se asomaban a través de la tierra estéril de casas quemadas para decir: "hay tantas historias más que contar aquí, tantas vidas más que vivir".
- Frances Webber, Peregrina Perpetua, 2025 Ruta Drexel
En 2024, Dios se movió poderosamente a través de Peregrinación Eucarística Nacional, encendiendo una renovación espiritual en toda la Iglesia de los Estados Unidos. Mientras los peregrinos viajaban con el Santísimo Sacramento de un estado a otro, los corazones se transformaron y las comunidades se unieron en la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía.
Esta peregrinación se convirtió en un testimonio vivo del poder de la Eucaristía, reavivando la fe e inspirando una devoción más profunda entre los fieles. El efecto dominó de este viaje ha dejado una huella duradera en parroquias, familias y personas de todo Estados Unidos. Descubra más sobre el legado de este acontecimiento transformador.